La pyme argentina enfrenta un contexto desafiante: sobrevive en lugar de escalar, atravesando obstáculos que, en otros países, resultarían fatales. Cada 27 de junio, se conmemora el Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, una ocasión que va más allá de ser un simple recordatorio y se convierte en una oportunidad para abordar seriamente el entramado productivo que sostiene la economía.
Las pymes constituyen el 99,6% de las empresas en el país, generan más del 70% del empleo privado formal y aportan cerca del 44% del Producto Bruto Interno. Sin embargo, a menudo se ven atrapadas en un ciclo de supervivencia, enfrentando reglas cambiantes, escasez de crédito, alta presión impositiva y falta de previsibilidad. Esta resiliencia no debe darse por sentada.
Desafíos y Oportunidades para las Pymes
Un dato alarmante es que solo el 20% de las pymes son lideradas por mujeres, una cifra que, aunque mejora lentamente, todavía está lejos de alcanzar a países como Suecia o Noruega. En la conversación pública y en muchas decisiones macro, las pymes parecen ser invisibles, relegadas a un segundo plano, como si no fueran el corazón del sistema productivo. ¿Qué se está jugando en su supervivencia?
Sobrevivir no es lo mismo que escalar. Las pymes argentinas enfrentan inflación de tres cifras, restricciones a las importaciones, caída del consumo y un entorno de múltiples tipos de cambio, además de una carga impositiva asfixiante. El modelo económico actual aboga por la libertad de mercado y apertura, pero ¿es este mercado realmente competitivo para las pymes locales?
Reinvención y Eficiencia
En medio de estos desafíos, las pymes deben no solo continuar operando, sino también reinventarse. La irrupción de la inteligencia artificial ofrece una oportunidad para automatizar procesos y optimizar la toma de decisiones. Sin embargo, este cambio requiere un orden interno, un aspecto que muchas pymes descuidan, como lo demuestra un reciente incidente donde un error administrativo llevó a una mujer a gastar fondos públicos erróneamente. Este tipo de desorganización puede resultar costoso.
La inteligencia artificial ya está accesible para las pymes, no en forma de robots, sino a través de herramientas simples que pueden mejorar la eficiencia. Para que estas herramientas sean efectivas, es crucial que existan procesos claros y roles bien definidos. La pregunta no es solo si las pymes pueden sobrevivir, sino si hay un plan macro que las respalde.
Construyendo un Futuro Colaborativo
Este Día de las pymes podría ser la oportunidad para dejar de romantizar la lucha individual y comenzar a diseñar un modelo de desarrollo que incluya a todos. Las pymes no piden caridad; requieren reglas claras, crédito accesible y un entorno propicio para la eficiencia. La interrogante que persiste es: ¿somos lo suficientemente humanos y astutos para ayudarnos mutuamente y adaptarnos en medio de un ajuste que exige cooperación y estrategia?
Quizás ha llegado el momento de dejar de admirar a quienes se las rebuscan y comenzar a construir un país donde crecer no implique siempre un esfuerzo titánico.
Ingeniera industrial y consultora especializada en la profesionalización de pymes.
